martes, 25 de agosto de 2009

La linterna del mar: El faro de Chipiona


Cuando el otro día abrí mi correo electrónico y me encontré un mensaje de Alberto Arias (un compañero de trabajo) invitándonos a una visita guiada al faro de Chipiona, ni me lo pensé.

Nos aventuramos en el coche a pasar Jerez de la Frontera sin aire acondicionado, en plena ola de calor, para llegar a Chipiona. Esa pequeña ciudad andaluza, cuna de la famosa Rocío Jurado, comparte su situación en las puertas del río Guadalquivir con Sanlúcar de Barrameda y el parque natural de Doñana. Cuando llegamos, aparcamos en un parking en el paseo marítimo que queda cerca del faro, y que vale la pena, porque cuesta sólo 2 euros por día. Pese al calor, nos lanzamos a caminar a las cinco de la tarde por las calles de la ciudad, dirección a nuestro destino: El Faro. Sin embargo, al poco de adentrarnos en las calles de la ciudad, nos encontramos esta joya a mano izquierda: La parroquia de Nuestra Señora de la O.

Este bello santuario tiene su origen presuntamente en una mezquita árabe anterior al siglo XVI. Inicialmente, fue construida siguiendo el estilo gótico, aunque desde entonces, pasó por una reforma al estilo barroco, para actualmente, volver a resaltar el estilo gótico inicial. Como curiosidad, durante un tiempo, en el siglo XIX, esta iglesia acogió a la Virgen de la Regla, hasta que el Santuario fue reconstruido y se devolvió a éste.

Siguiendo hacia el faro, y poco más adelante de la plaza donde está el santuario, ya pudimos entrever la gran torre. Todavía, entre los edificios, no nos hacíamos idea del tamaño real del faro, debido a la distancia, pero ya entreveíamos que es muy alto.


El faro de Chipiona se encuentra en la restinga del Perro, en pleno paseo marítimo de Chipiona, y separa la playa del Camarón (a la izquierda) de la playa de las Canteras (a la derecha). Es el faro más alto de España, con unos 69 metros de altura (uno más que la Torre de Hércules de A Coruña), y es un faro de primer orden, que sirve tanto para guiar a los marinos en la entrada al río Guadalquivir, camino del puerto de Sevilla, como de señal aérea para los aviones. Siendo uno de los pocos faros aereo-marítimos de nuestro país.

En esta imagen, podemos ver la entrada al faro. La torre está construída íntegramente en piedra ostionera, que es un tipo de piedra muy usada en la arquitectura popular de la costa gaditana, y como curiosidad, hoy en día viven 4 familias en el edificio, que son los encargados del manenimiento de la linterna. Para acceder al faro, es necesario pedir con antelación las entradas, y ya que sólo realizan 4 visitas guiadas al día, es conveniente hacerlo con bastante antelación. Actualmente, las entradas cuestan 5 euros por persona.

Una vez dentro del faro, la guía nos hizo pasar a una especie de patio interior donde hay algunas antigüedades y algunos paneles explicativos. Luego, nos embarcamos en la ardua tarea de subir los 344 escalones para llegar a la parte superior de la torre. Digo ardua, porque si fuera rondábamos los 35ºC, dentro de la torre, debíamos de pasar con creces los 40ºC. A eso hay que sumar la sensación de encierro, ya que debido al sistema de equilibrio de la lente, que flota en mercurio, no se pueden abrir las puertas ni ventanas.

Justo al llegar arriba de todo, y antes de salir al exterior, si miráis hacia arriba, podeis contemplar la lente, que está girando contínuamente.

Una vez fuera, en la plataforma de la torre del faro, si teneis la suerte que tuvimos nosotros de que no fuese un día muy ventoso, os podreis separar tranquilamente de la pared de roca ostionera y pasear tranquilamente por todo el perímetro de la torre. Así disfrutareis de las magníficas vistas, que, si teneis más suerte de la que tuvimos nosotros y disfrutais de un día de buena visibilidad, podreis llegar a ver Cádiz o Huelva. En cualquier caso, vale mucho la pena.

Esta es una panorámica de las vistas que podemos ver a la izquierda del faro, con la playa del Camarón, que separa la ciudad de Chipiona del océano Atlántico. Como custodiando el centro de la playa, se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de la Regla.

Este bello santuario tiene su origen en una antigua fortaleza propiedad de los señores de Chipiona, los Ponce de León. En 1882, esta iglesia pasó a la comunidad franciscana, quienes mandaron derruir la antigua iglesia y construyeron la actual a principios del siglo XX. Son los franciscanos quienes siguen regentando este lugar en la actualidad.

Del lado derecho del faro, podemos ver la desembocadura del río Guadalquivir, con el parque nacional de Doñana al frente, y Sanlúcar de Barrameda al fondo.

Lo siguiente que llama la atención desde las alturas, son unos muros que hacen grandes cierres en la costa, frente a la playa de las Canteras. Se trata de los corrales. Constituyen un antiguo sistema de pesca tradicional característico de la zona, ya que son cerrados que con la marea alta permiten que los peces entren en ellos, pero cuando baja la marea se quedan atrapados allí, facilitando su captura.

Mucha gente aprovecha que estos muros quedan al descubierto con la bajamar, para salir a pescar. Aunque hay que recordar que son zonas en las que está prohibido pescar sin un permiso.

Subir a la torre del faro cargando con mucho equipo fotográfico es una tarea dura, más si se hace en un día caluroso de verano; pero es algo que vale la pena. Al menos llevarse un tele corto vale la pena. Ya que desde arriba, se pueden sacar vistas inusuales de temas cotidianos. Como la imagen de esta gente que paseaba por debajo del faro

O como estas vistas de la playa

Y esto es todo sobre la 'linterna del mar' que guía a nuestros marinos cuando van hacia Sevilla, o despide a aquellos que abandonan las costas gaditanas.

Notas para los fotógrafos: Os aconsejo que os lleveis el material justo, para facilitaros moveros dentro del faro, ya que incluso arriba el espacio es limitado (las visitas son de 15 personas). Pero no os dejeis en casa un tele (yo usé un 300mm), un gran angular y un trípode pequeño o un monopié, para poder componer las panorámicas (yo no lo usé, pero habría sido muy útil).
Os recuerdo que hay que hacer reserva y luego sacar las entradas con anticipación. Cuestan 5 euros por persona, pero ahora en verano no hay plazas ya hasta septiembre.
A ser posible, planificad la salida para que os coincida marea baja cuando esteis arriba, así podreis fotografiar los corrales. Yo eché de menos un cielo de nubes bonito, pero mira, si lo hubiese tenido, no habría podido sacar a la gente en la playa. Así que aprovechad lo que os brinde el día.
Buena suerte y buenas luces!!

2 comentarios:

Antonio Alcazar 8/26/2009  

Como dijo Jesulin Impre-sionante me ha gustado mucho tu manera de introducirno en la historia desde que saliste de tu casa hasta que saliste de la linterna muy bien contado y sobre todo muy buenas fotografias con buenos encuadres y buenas luces.
sigue así.

Antonio Alcazar

JaimeQS 1/13/2010  

Me encanta todo.
Gracias, sueño con subir allí con mi cámara.
Megustaría hacerte una corrección. La que llams playa del camarón se llama playa de Regla, la del Camarón está más allá, mucho más allá del Santuario.

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